LIFEM Liderazgo femenino es un proyecto ambicioso: un foro de debate sobre el modelo de liderazgo femenino que debemos construir y desarrollar para posicionar el talento femenino en todos los niveles de la sociedad, de la economía y de la política.
El proyecto de LIFEM me ha ilusionado verdaderamente por su esencia y concepto, por la motivación de las mujeres que han creado este foro, por la pasión extraordinaria de personas como Espido Freire y Mabel Lozano, con las cuales tuve la oportunidad de compartir una excelente mesa de debate sobre mujeres que lideran en el sector cultural y creativo el pasado 26 de febrero.
Como embajadora de LIFEM y Diputada de Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, tenemos aún un largo camino que recorrer para conseguir una igualdad real y efectiva a nivel europeo. Pero el verdadero desafío es luchar contra el retroceso de nuestros derechos en diferentes países europeos, donde hoy se amenazan los logros y las libertades históricas que las mujeres han alcanzado día a día a lo largo de décadas, como es el caso de Polonia. Más de la mitad de los ciudadanos europeos son mujeres. Sin embargo, nuestras políticas no tienen necesariamente en cuenta de la posición de las mujeres en su propia legislación. En nuestra Comisión de Igualdad trabajamos para incorporar de forma trasversal la perspectiva de género en todas las políticas y las iniciativas de la Unión.
Considero llamativo constatar que, según los “índices de igualdad de género” del EIGE (el Instituto Europeo de la Igualdad de Género) los ámbitos en que más se nota la brecha de género son «poder» y «dinero». Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en la toma de decisiones, y su aportación a las labores domésticas y de cuidados no remuneradas es desproporcionadamente alta. En Europa las mujeres de la UE ganan, por término medio, un 14 % menos por hora que los hombres por el mismo trabajo. La brecha de género en el trabajo no remunerado propicia la menor participación de las mujeres en el mercado laboral y la persistencia de una brecha salarial. Esto, a su vez, repercute negativamente en la situación financiera de las mujeres, lo que acarrea un mayor riesgo de pobreza.
Hay un camino importante por recorrer. Pero es solo un reto importante para el presente, tiene que ser un compromiso para el futuro, sobre todo en un futuro digital guiado por la inteligencia artificial. Los datos son la clave de esta nueva sociedad. Si no disponemos de datos que reconozcan los sesgos de género en los algoritmos, corremos el riesgo de reproducir los sesgos discriminatorios, perpetuando estereotipos ya existentes en nuestras sociedades. Por eso existe una urgente necesidad de que más mujeres participen y lideren el diseño y el desarrollo de los sistemas de IA. Si no fuera así, los proyectos de inteligencia artificial generarán resultados erróneos.
Tal y como necesitamos más mujeres en el mundo empresarial, las necesitamos en particular en el de la tecnología. Desde foros como LIFEM y desde las instituciones, las empresas y la política tenemos que visibilizar la presencia de las mujeres en todos los sectores para poder incorporar sus visiones.
Si la historia de la humanidad se ha contado siempre a través la historia de los hombres y el espacio de las mujeres ha sido siempre un espacio de silencio, tenemos la obligación y la necesidad de hacer oír nuestra voz y visibilizar nuestra presencia en todos los ámbitos de la sociedad.
Soraya Rodríguez Ramos
Eurodiputada, Miembro de Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo